Son los frutos los que realmente caracterizan nuestro verdadero nacimiento, nuestro carácter nuestro mirar, nuestro hablar detalles pequeños que en cierto momento muestran que llevamos dentro de nosotros.
Como se ha explicado y sabemos debemos ser aquel Árbol frondoso, vivo y fuerte para mostrar los bonitos y apetitosos frutos.
Benignidad:
Es nuestra inclinación hacia aquellas actitudes BUENAS, que demostramos, aquí no entra los pensamientos de Malicia, siempre nuestros pensamientos se inclinan hacia lo bueno y hacer aquello precisamente que pensamos. (Amor hacia las personas sufridas, aquellas que nos hacen daño,paso algo que en el momento nos causo molestia, mas eso pasa porque siempre lo bueno esta allí reinando en nosotros.)
Bondad:
Identifica nuestro carácter, la biblia dice: "La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas". (Lucas :11:34)
Vamos a tener calidad de bueno si empezamos a ver las cosas con ojos espirituales esta es la bondad que habla la biblia, no adelanta, es decir, no sirve de nada hacer obras buenas (hacer obras caritativas) si no mostramos una fe, una calidad de bondad hacia nuestro prójimo como llevarle aquella palabra que lo levantara y hasta hará cambiar su vida, "Recuerde nuestra palabra puede levantar o derribar"
Mansedumbre:
“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. (Mateo 11:29.)
Tristemente este mensaje no lo vemos hoy en día, ante cualquier situación de desagrado a nuestro YO, inmediatamente aparece la violencia y la ira,muchas veces incontrolable este es otro fruto importante que nos demuestra si en verdad nacimos o no de Dios, cuando tenemos dominio propio demostrando lo apacible de nuestro carácter lo sumiso, la suavidad, dulzura y humildad.
Templanza:
Este ultimo fruto muestra igual el dominio propio de nuestra voluntad, es mostrar igual aquel carácter moderado, como hombres y mujeres de Dios dominamos nuestros impulsos Y PRINCIPALMENTE NUESTRAS EMOCIONES.
Recuerde que nuestras lagrimas son para el Espíritu Santo, controle sus impulsos a la hora de enfrentar las dificultades mostramos aquella templanza, cuando la tentación aparece, también aparece la templanza para dominar a través de la razón aquellos deseos de la carne.
Mostremos para Dios y para nosotros mismos aquellos frutos apetitosos.
Dios traerá la recompensa, crea, si usted los desea y quiere los tendrá.
Realizado por: Colaboradora Silvia de Contreras.
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